Guardamos con mimo el testimonio de la historio. Nuestros locales, situados en el edificio de antigua escuela, el depósito de sal y la antigua cofradía de pescadores, están directamente enlazados con el pasado de Elantxobe.
En Elantxobe desarrolló su oficio Miren. En el restaurante ITXAS-ETXEA ha creado y reforzado los sabores del mar, el tipismo y la autenticidad, que se buscan con la vista y con el espíritu al llegar a Elantxobe.
Fogones con tradición
La vida de Miren, su tesón, su gusto por la cocina, su reconocimiento gastronómico, se ha forjado poco a poco en su pequeña cocina y en los espacios bien aprovechados de este local con aire rústico y gusto arrantzale.
El restaurante se halla en la antigua escuela de Elantxobe. Donde su aita aprendió, ella forjó su proyecto de vida y ha hecho realidad su sueño, entre los recuerdos de su infancia y en los espacios donde vivió de su niñez.
Una fisionomía única, un arraigado sabor a mar, carácter y un atractivo sin comparación, le otorgan a Elantxobe la categoría de pueblo pintoresco, con un gran encanto.
Con un pasado surgido de la mar, lejos quedan los tiempos en los que se veían llegar los barcos cargados de pescado o en los que aquellas primeras fábricas de conserva, hoy en día desaparecidas, trabajaban a pleno rendimiento.
Un puerto pesquero reconvertido en puerto deportivo, una dársena amable y una orografía en perpendicular, con estrechas y empedradas callejuelas, y “colgado” sobre las faldas del espectacular peñón de Ogoño, Elantxobe es único.